Dos dimensiones tropiezan. En la esquina de Fernández de la Cruz y Perito Moreno se anuda un pacto, se trazan por primera vez las coordenadas de un proyecto.
Las ruedas del 101 se alejan por el metrobus. Tiempo y espacio se interceptan: saltamos la frontera de gendarmes, apuntamos en un sentido.
Durante cinco años practicamos una estrategia de doble movimiento: la primer movida consiste en la búsqueda conjunta de herramientas expresivas y talleres, entre artisitas y jóvenes con consumos problemáticos del bajo flores; la segunda es la articulación con espacios expositivos y otrxs agentes culturalmente legitimadxs, para impulsar el reconocimiento solcial del trabajo realizado y la socialización terapéutica de los afectos puestos en juego en el proceso.